La samba celebra los 100 años de la música que la colocaría en el mapa cultural del país

Ya debes haber escuchado que Brasil celebra el centenario de la creación de la samba, un género de raíces negras, que se mezcló profundamente con las tradiciones portuguesa e indígena para forjar uno de los géneros más originales y exitosos de la tradición cultural brasileña. ¿Pero cuál es el marco de los cien años? ¿Y es posible en realidad trazar la genealogía de la samba?

La primera pregunta es más fácil de responder: este año se festeja el centenario de la primera canción grabada en un LP como samba, Pelo Telefone (Por el Teléfono). Fue Ernesto dos Santos, más conocido como Donga, quien registró la canción como «samba» en la Biblioteca Nacional. Especialistas consideran que este es el marco en que la cultura negra se torna reconocida por el Estado. La canción, la verdad, es un maxixe, otro ritmo de la época. Antes de Pelo Telefone, la samba era apenas un término genérico, que designaba fiesta, danza, en Brasil, en el Caribe y en África.

Y entonces entramos en la historia. La cuna de la samba es una región de Río de Janeiro conocida como «Pequeña África» que iba desde el Morro da Conceição, donde queda la Pedra do Sal, al lado del Muelle de Valongo, cerca de donde están hoy el MAR y el Museu do Amanhã. Allí fue el primer puerto de desembarque de esclavos. Toda la región portuaria, que abarcaba los barrios Gamboa y Saúde, estaba poblada por negros y la Pedra do Sal era el «centro cultural».

Años después de la Abolición, en el inicio del siglo 20, muchos negros llegados de Bahía se instalaron en Pequeña África, que después se expandió hacia Cidade Nova y Estácio. Aunque ya eran libres, los negros tenían prohibido mostrar su música en público. Por eso se refugiaban en la casa de las «tías» baianas. Ciata era la más famosa y quedaba en una calle contigua a la Praza Onze. Fue en su jardín que Donga participó de la creación colectiva de Pelo Telefone, en 1916.

En la década del 20, Ismael Silva, Bide y otros músicos, cerca del Morro do Estácio inventaron un instrumento hecho con lata y cuero de cabrito y le dieron el nombre de surdo, para hacer la marcación del ritmo. En 1926, se fundó la agremiación carnavalesca Deixa Falar y la bautizaron como «escuela de samba», aunque nunca haya desfilado como una.

De vez en cuando los jóvenes desde Estácio iban hasta Oswaldo Cruz, en la zona norte de Río, a las fiestas de doña Esther, blanca y casada con un negro, una especie de Ciata del suburbio. Allí entraron en contacto con un trío de amigos, Paulo Benjamin de Olveira, Antônio Rufino y Antônio Caetano. Los tres, en 1923, fundaron un bloque llamado Baianinhas de Oswaldo Cruz que pasaría a ser llamado, años después, de Vai Como Pode y finalmente Portela.

De estos encuentros nació la auténtica samba carioca, que despertó el interés de los intelectuales de la época como Villa Lobos y Mário de Andrade. De ahí en adelante, la música brasileña jamás sería la misma.

09 de maio de 2017

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